En estos días de calor cuando todos corren por las calles en busca de regalos, miro por la ventana las siluetas de los árboles, siento una brisa y recuerdo el ayer.
“Esperaba que pasaran las horas para dormirme y despertar al otro día con los regalos en los pies de mi cama. Tenía un viejito pascuero”.
Hoy la cosa es diferente, es un día más del calendario, “para mi”. La actitud y el intento de sentir la razón de esta festividad está cada vez más lejos de poder entenderla. Por más que todos se alegren y festejen, en mi corazón hoy no queda espacio disponible, está lleno de vacío, soledad y olvido.
“Esperaba que pasaran las horas para dormirme y despertar al otro día con los regalos en los pies de mi cama. Tenía un viejito pascuero”.
Hoy la cosa es diferente, es un día más del calendario, “para mi”. La actitud y el intento de sentir la razón de esta festividad está cada vez más lejos de poder entenderla. Por más que todos se alegren y festejen, en mi corazón hoy no queda espacio disponible, está lleno de vacío, soledad y olvido.