Por más que trato de centrarme en mi pega,
un mosquito ronda y da vueltas y vueltas.
Se posa en mi hombro, me hace preguntas,
me habla al oído y también me murmura.
Tratar de abstraerme de mi entorno cercano,
es difícil lograrlo con este bichito,
vuela cantando y silbando poesías,
que a cada instante quiere que escuche.
Revuelve papeles, gomas y lápices
y más encima se queja de mi.
Mosquito, mosquito….
ya comiste tus higos,
ahora es el turno de hacer lo mío.
Mantén el silencio que me es necesario,
respeta mi espacio y piensa en voz baja.
Aunque prefiero que calles y así me permitas,
seguir en mi tema que es importante.
Cerrar mis oídos y manos no puedo,
sin ellos no avanzo entre cables y teclas,
si acaricio tus alas para tranquilizarte,
te quedas tranquilo,
ríes en silencio y cierras tus ojos.
Apenas dos pasos doy,
despiertas y vuelves emprendes tu vuelo,
te posas en mi hombro, me hace preguntas,
me habla al oído y me murmuras:
"Quiero más higos"