lunes, 18 de agosto de 2008

EL ZAHIR

“La libertad aún sigue siendo lo que más aprecio en este mundo. Claro que eso me llevó a beber vinos que no me gustaron, a hacer cosas que no debería haber hecho y que no volveré a repetir, a tener muchas cicatrices en mi cuerpo y en mi alma, a herir a alguna gente- a la cual acabé pidiendo perdón-, en una época en la que comprendí que podía hacer cualquier cosa, excepto forzar a otra persona a seguirme en mi locura, en mi sed de vivir.

No me arrepiento de los momentos en los que sufrí, llevo mis cicatrices como si fueran medallas. Sé que la libertad tiene un precio alto, tan alto como la esclavitud; la única diferencia es que pagas con placer y con una sonrisa, incluso cuando es una sonrisa manchada de lágrimas”.
EL ZAHIR