sábado, 20 de diciembre de 2008

FELICES FIESTAS NAVIDEÑAS Y BIENVENIDO 2009



Cuando se aproxima la Navidad y el año ya termina, por lo general estamos cansados, estresados, y no queremos nada con nada.

El tiempo se nos hace eterno y solo esperamos días de descanso para dejar todo de lado y dormir hasta que no poder más.
El balance del año que uno espera con creces se va a la punta del cerro. Este año para mi ha sido un desastre en muchos sentidos: afectivo, económico, laboral, lleno de insomnios y frustraciones, etc.
Si debiera ponerle nota, no podría, no es que sea un desagradecido, también pasé por momentos buenos, pero los malos se llevaron las antorchas y gaviotas.
Mi despensa pasó más desocupada que nunca, mis tiempos libres me agobiaban, mis problemas me atormentaban hasta el punto de caer en crisis y tener que atenderme con un psiquiatra a causa de descuidar mi salud por cuidar a otros. Se juntaron cuentas, vinieron deudas, viví cosas que nunca antes había vivido.
De todo esto que es una parte de mi vida, separo mi familia que siempre estuvo conmigo, me apoyó y me sacó a flote las veces que me hundía, a mis amigos que me apoyaron y a conocidos, que con sus consejos supieron entender a veces mi proceso evolutivo.
¿Evolucionando para donde?, para tener un años más de experiencia y dolor, de depresión e insomnio, de soledad y nostalgia, de rabia contra el sistema, contra la arrogancia y mala educación, la falta de respeto y cariño entre los seres humanos.
Quienes se dicen hermanos, no son más demagogos que los políticos que prometen y desaparecen.
Pero la vida sigue y tengo fuerzas para escribir lo que siento y quiero comunicar: que la soledad es buena cuando se está mal acompañado, que el dinero es malo cuando se hacen malas inversiones, que la salud es inestable cuando hacemos desordenes.
Es cosa de cada uno saber invertir en su patrimonio personal, en su propia evolución para ser mejor y afrontar las rarezas de la vida que aparecen sin que uno las busque.
Chao 2008, espero no volver a verte nunca.
Les deseo a todos lo mejor, estabilidad y humildad, amor y salud, trabajo y reconocimiento.
Con todo cariño:
Eduardo Valenzuela